¿Dónde ha quedado nuestra INOCENCIA?
A lo largo de los años, la industria de los videojuegos ha crecido de manera exponencial y no solo a nivel tecnológico sino que también lo ha hecho a otros muchos niveles, adquiriendo una madurez que no habríamos podido imaginar hace 15 o 20 años. Esta madurez se ha reflejado en el desarrollo de juegos dirigidos eminentemente hacia un público adulto, es decir, para todos aquellos que pasamos nuestra infancia y adolescencia jugando a los míticos Camelot Warriors, Sir Fred, Castle of Illusion, Alex Kid o el atemporal Super Mario, entre otros.
Sin embargo, los niños que a día de hoy se encuentran entre aquellas edades en las que nosotros jugábamos a aquellas maravillas lúdicas, se sienten ahora atraídos por los nuevos juegos de corte adulto. Todo esto nos hace pensar que la industria del entretenimiento digital ha olvidado que todavía siguen naciendo niños y de que estos, cada vez más implicados en el ocio digital, únicamente deberían tener acceso a obras acordes a su edad, no tenéis más que pasar un rato observando el comercio de videojuegos más cercano de vuestra ciudad para ver como muchos padres, por desconocimiento o por pasividad, compran a sus hijos menores de 12 o 13 años juegos como Resident Evil, Assasin´s Creed, GTA, Call of Duty o muchos otros de contenido totalmente inadecuado para estas edades.
En base a la enorme demanda de estos títulos, lógicamente, las grandes compañías de videojuegos no tienen la más mínima intención de que esto cambie y no se les pasaría por la cabeza poner remedio a esta tendencia, pues su objetivo principal es vender lo máximo posible y demasiado tienen ellas con estar obligadas a ponerles clasificación por edades a sus videojuegos.
Son los padres de esos niños quienes han de reflexionar sobre este tema, pues son ellos los que tienen la obligación de controlar y vigilar los momentos de ocio de sus hijos menores que, nunca, repito, nunca, deberían tener la opción de acceder a juegos como los que he citado en el párrafo anterior.
De estos cambios en la sociedad lúdica digital, siempre ha sido partícipe la emblemática compañía de Kyoto creadora del fontanero más feliz y saltarín del planeta, compañía que además de satisfacer a todos los que hemos crecido y evolucionado en este mundo virtual, nunca ha dejado de lado ese espíritu infantil pero tremendamente adictivo y necesario, a través de una fórmula jugable que pocos juegos de la competencia han sido capaces de captar.
Pues bien, me gustaría comentar que el pasado sábado, yendo de compras con mi querida mujer por sus tierras murcianas, no me pude resistir a adquirí la última joya de Nintendo, el extraordinario New Super Mario Bros Wii y debo resaltar que, ante el lanzamiento de joyas como estas, no entiendo como todavía sigue habiendo, por parte del sector más hardcore, tanta oposición hacia Wii, que complementa tan bien con soportes como ps3 o xbox360. Es indudable que una gran cantidad de los juegos publicados para Wii son totalmente ridículos, pero a su vez, existe un catálogo enfocado hacia verdaderos amantes del medio, que no tiene desperdicio alguno, entre los que se encuentran, Punch Out, Madworld, No More Heroes, Super Mario Galaxy, Metroid Prime Trilogy, Smash Bros Brawl, Endless Ocean (para los amantes del diving) o los carrileros pero geniales y exclusivos Resident Evil entre otros, además de que se perfila como el soporte más adecuado para aquellos padres que quieran regalar una consola de sobremesa a sus hijos pequeños, puesto que cuenta con el mayor catálogo infantil de las consolas actuales.
A nivel personal, con Wii he vuelto a rememorar aquellos años de inocencia videojueguil perdidos en la generación actual y Juegos como New Super Mario Bros, la saga Lost Winds o el español Nyxquest, han contribuido a ello, obras a las que todo jugador habitual debería dar una oportunidad.
Me gustaría incidir en la importancia de no renunciar a tan magníficas producciones sin las cuales este mundo quedaría con un gran vacío imposible de llenar, de modo que no os dejéis llevar por vuestros prejuicios y jugad sin complejos a historias que saquen el Peter Pan que todos llevamos dentro. Probablemente, después de echar unas partidillas a esos juegos, os apetezca volver a nuestros Gta, Call of duty o Assasin´s creed, como me ocurre a mí, pero recordad, esa dualidad está implícita en todos nosotros y es completamente natural, como nos lo mostró Stanley Kubrick en la famosa secuencia de su película “la Chaqueta Metálica”, en la que un soldado llevaba grabada en su casco la frase “Nacido para matar” y a su vez portaba un pin en su chaqueta con el simbolo de la paz. Algo que también quiso reflejar en la famosa carátula del casco.
Al decir estas palabras, podría haceros pensar que me llevo alguna comisión por parte de Nintendo, nada más lejos de la realidad, pues trato de hablar desde el sentido común de alguien que es aficionado a los videojuegos desde que tiene uso de razón,como lo atestigua mi web, es más, cuando decidí adquirir mi primera consola de última generación, preferí decantarme por una extraordinaria Playstation 3, no os llevéis a engaño, Wii no es ni muchísimo menos un soporte de “última generación”, es más bien una actualización mejorada de Gamecube cuyas prestaciones han aumentado gracias al original uso del Wiimote y a un sistema operativo algo superior al de su consola anterior, lo que no ha impedido que Nintendo y otras compañías sigan exprimiendo al máximo este soporte para darnos grandes obras que, lamentablemente sólo podemos jugar aquellos que decidamos adquirir la última consola de los de Kyoto.
Mi objetivo principal no ha sido otro que el de haceros partícipes de mis reflexiones sobre ciertos cambios acontecidos en el mundo de los videojuegos con el fin de salvaguardar la inocencia de unos niños que ya tendrán tiempo de conocer las injusticias, las crueldades y los actos de violencia que hay en la vida y que con tanta fidelidad, nos llegan a transmitir los grandes videojuegos en la actualidad, así como animar a que aquellos jugadores más creciditos, vuelvan a dar una oportunidad a esos juegos con los que muchos de nosotros nos iniciamos y que, gracias a compañías como Nintendo y a sus lavados de cara, podemos volver a disfrutar, haciéndonos creer que no ha pasado el tiempo.
Un saludo,
Lestat de Lioncourt.
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